La posición mostrada en las últimas semanas por la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, respecto a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) está provocando inquietud entre los empresarios, que no creen que el momento actual, con la inflación en el 10,4%, los costes de la energía disparados, y el riesgo de una posible recesión económica según lo que suceda el próximo invierno con el gas ruso, sea el ideal para aumentar la presión sobre las empresas. Leer