La reactivación de los sectores más afectados por la pandemia mantiene vivo el crecimiento. El ejemplo más claro es el turismo. Las pernoctaciones hoteleras en el primer semestre se multiplicaron casi por cuatro respecto al mismo periodo de 2021, y por siete veces en el caso de los visitantes extranjeros. Cuando se diluya este impulso tras el verano, si no se consiguen compensar los efectos nocivos de la inflación, podemos enfrentarnos a un deterioro muy significativo, llámese precipicio, acantilado o recesión. Leer